Volcanes del Mediterráneo: Santorini y Sicilia
Según los expertos en volcanes, no habría que denominarlos “activos, dormidos o latentes”. Sin embargo, sí se puede detallar cuáles volcanes hay que vigilar porque son explosivos y tienen población cerca. Es el caso del Etna en Sicilia (Italia) y el de Santorini en Grecia, dos de los volcanes más conocidos del Mediterráneo.
La Caldera de Santorini
Es una gran caldera volcánica, gran parte de la cual se encuentra sumergida, que se localiza en la zona sur del mar Egeo, a 120 kilómetros de la isla de Creta en Grecia. Por encima de la superficie del mar está el grupo circular de las islas de Santorini, que se compone de Santorini (también llamada Thera), que es la isla principal, Therasia y Aspronisi en la periferia, y las dos islas Kameni en el centro del grupo. Los acantilados de Santorini son el borde de un volcán que se tiene que prestar atención, y que el visitante navega hacia el este a través de su antigua caldera, hoy cubierta por las aguas. Santorini y sus cuatro islotes son los vestigios fragmentarios de una masa de tierra de mayores dimensiones que hizo explosión en torno al año 1625 a.C.: el corazón de la isla volcánica voló por los aires, y el mar inundó el abismo creando la gran bahía, que mide 10x7 kilómetros y tiene 387 metros de profundidad. La erupción fue tan violenta (según expertos, mayor a cualquier bomba atómica) que el propio volcán estalló en mil pedazos. Su centro colapsó, se hundió y se llenó de agua, y así se formó la famosa “Caldera de Santorini” con las islas alrededor.
Según algunos escritos, la explosión que destruyó la isla también sentenció el final de una civilización enfocada en una cultura floreciente desde el año 3000 a.C. Ya que los restos de una ciudad fueron encontrados bajo capas de ceniza en Acrotiri y hoy pueden visitarse. Según se sabe, era una civilización próspera con buena agricultura y que desapareció tras la erupción.
Se ha especulado mucho sobre la posible identificación de Santorini con la mítica Atlántida, mencionada en papiros egipcios y de la que se ocupó Platón, pero el asunto sigue siendo objeto de discusión.
Hoy, la caldera de Santorini es la caldera volcánica más grande del mundo y una de las más hermosas, siendo visitada por miles de turistas. Los trozos de la isla que la bordean, desgajados en erupciones posteriores, son Terasia Esprenisio, donde viven unos cientos de personas, y la pequeña y desértica Aspronisio (la Blanca). En el centro de la bahía, negra y deshabitada, quedan dos conos humeantes, las “islas quemadas” de Palea Cameni y Nea Cameni, surgidas entre 1573 y 1925.
La Actividad Volcánica del Etna
Su actividad volcánica comenzó hace aproximadamente medio millón de años cuando la humanidad apenas estaba dando sus primeros pasos, con erupciones bajo la superficie marina, costa afuera de Sicilia en el bello sur de Italia.
El denominado “vulcanismo” empezó hace 300.000 años hacia el suroeste de la cumbre actual, antes de que la actividad se moviera hacia el centro actual hace unos 170.000 años. Las erupciones de ese momento comenzaron a construir el edificio volcánico principal, formando un estratovolcán en erupciones efusivas y eruptivas alternadas.
El Etna domina el este de Sicilia y su presencia, a pesar de todo, es siempre considerada como una bendición. Atracción turística, ligada a la historia milenaria de la isla y a la mitología griega, el volcán crea un microclima a su alrededor, con abundantes lluvias que hacen posible la presencia de nieve en sus alturas al menos seis meses al año. En el pasado, el volcán de 3.000 metros, sometido a constante vigilancia, fue responsable de diversos episodios de destrucción.
Sin embargo, después de la terrible erupción de 1669, que destruyó Catania, y del terremoto, provocado también por la actividad del volcán, que causó 15.000 víctimas en 1693, el Etna se mantuvo relativamente tranquilo. Al menos hasta ahora. Pero en los últimos años, este volcán no ha parado de confirmar que, sin dudas, es el más activo de Europa.
Cabe recordar que a fines de diciembre de 2018, el Etna comenzó a despedir lava y cenizas, en medio de una actividad sísmica inusualmente elevada. Según la información de aquel mes, se registraron más de 150 temblores en toda la región, el mayor de magnitud 4,3 en la escala Richter, según el Instituto nacional de Vulcanología de Catania. Se reportó que la lava fluyó desde una nueva grieta en la ladera sureste del volcán.
A principio de 2017, el Etna también había registrado una fuerte actividad. En marzo de ese año, una explosión que arrojó piedras, y otros materiales, alcanzó a un grupo de turistas que se había acercado hasta el lugar para observar de cerca el movimiento, lo que dejó como saldo 10 heridos de levedad. Sin embargo, ante cada última erupción, las consecuencias fueron leves para la población.
Descubre el Encanto de estos Destinos Volcánicos
Visitar Santorini en Grecia y el Monte Etna en Sicilia, Italia, no sólo brinda la oportunidad de presenciar la grandeza de la naturaleza en acción, sino también de sumergirse en la historia y la cultura de estas regiones. La experiencia de estar cerca de estos volcanes activos es única y memorable, invitando a los viajeros a explorar y aprender más sobre la geología y los fenómenos naturales que dan forma a nuestro mundo.