Islas griegas: descubriendo Cefalonia
Los hallazgos arqueológicos en Cefalonia o Kefalonia, una de las más bellas de las islas griegas, se remontan al 50.000 a.C. En tiempos micénicos, Cefalonia, la más grandes de las islas Jónicas, floreció y se mantuvo griega hasta el siglo II d.C., en que fue tomada por los romanos. Disputada por muchas potencias, entre 1500 y 1700 compartió con las demás islas jónicas la ocupación veneciana. Entre sus atractivos se cuentan concurridas localidades playeras, el parque nacional de Monte Aínos -en torno al pico más alto de la isla- y las aguas azules de la cueva-lago de Melissani (expuesto en el próximo artículo).
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Explorando Cefalonia, de las más impactantes islas griegas Jónicas
El cercano Museo Arqueológico contiene restos del santuario de Pan, emplazado en la cueva-lago de Melissani, y una imponente cabeza de bronce del siglo III d.C. hallada en Sami. Desde la orilla del mar se ve el puente Drápanos, construido por los ingleses en 1813.
Lleva su tiempo recorrer esta ínsula, de las más atractivas islas griegas y la mayor de las Jónicas, pero vale la pena sentarse al volante y descubrir sus bellos rincones. Los lugares más animados son Lássi y las localidades playeras de la costa sur; el resto son pueblos tranquilos y sugestivos paisajes. Una línea de ómnibus une Argóstoli con casi toda la isla.
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Rodeada de una exuberante campiña, la capital de Cefalonia (o Kefalonia, como en verdad se la nombra en el mundo) está situada junto a una bahía, con callejuelas que trepan por el promontorio en que se asienta. Su aire tradicional no es auténtico, ya que Argóstoli quedó arrasada en el terremoto de 1953 y se reconstruyó con dinero de los emigrantes. Todos estos avatares se recogen en la colección fotográfica del Museo de Historia y Folclore, junto con utensilios de labranza y trajes típicos, entre otras piezas.